jueves, 29 de enero de 2009

Crítica tardía

HACIA LA ACEPTACIÓN 
Viaje a Djarleeling (The Darjeeling Limited) de Wes Anderson con Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman.

La perfección es una cualidad casi extinta en el cine, sin embargo Wes Anderson es una figura del cine post-moderno que se acerca mucho a eso.
The Darjeeling Limited es una experiencia, y no del tipo espiritual, sino de aceptación. Tres hermanos que rondan los treinta años se reencuentran un año después del funeral del padre de ellos y acuerdan emprender un viaje en tren por la India. El viaje es planeado por Francis (Owen Wilson), quien parece tener el absoluto control de todo: ordena la comida por los tres, incluye a otros en sus afirmaciones y tiene hasta un asistente que viaja en otro vagón del tren. Peter (Adrien Brody) suele quedarse con todo lo que no es de él y Jack (Jason Schwartzman) es el artista incomprendido, quien escribe historias de ficción basadas en experiencias personales.
Este menage a trois pronto desatará un conflicto que llevará a los hermanos a experimentar, sin planear, una confrontación con algo más que un banal viaje místico o espiritual. Anderson continúa en el camino de un narrador preciso, en los momentos previos a una ebullición entre los personajes, los separa con un diálogo irónico o con alguna pieza musical de precisión quirúrgica.
La muerte, las diferencias naturales y los cuestionamientos existenciales se hacen explícitos. La muerte, en la secuencia más lograda de la películ
a (semejante al intento de suicidio en “Los excéntricos Tennenbaums”), no se hace presente para desmembrar una relación sino para abrir un camino hacia la aceptación y el director no hace más que recurrir al único flashback del film, en el que los personajes se encuentran en los momentos previos al funeral de su padre. Además el responsable de “Rushmore” demuestra nuevamente su capacidad para la narración sonora, en toda la película, pero particularmente en la escena de la muerte del niño. No existe ninguna secuencia “turística”, ni tampoco se menciona ninguna ciudad de la India, lo que debe estar explicitado lo está.
El final, supremo por cierto, enuncia una metafóra sublime: para seguir hay pesos que se deben soltar.
“The Darjeeling Limited” no es más que un camino hacia un descubrimiento interior sin caer en patetismos “sentimentaloides” ni mucho menos en un humor barato de choques de culturas o algo por estilo, el humor está para separar, para mediar entre los hermanos y la historia.

El film es un viaje hacia la aceptación y para reafirmar que el cine de Wes Anderson es el que está más cerca de eso que hoy es inexistente en el cine actual, la perfección.

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