miércoles, 10 de octubre de 2012

Cine - Crítica


Luces Rojas (Red Lights)
por José Tripodero

El opus tres del director español Rodrigo Cortés se vale de las reglas para crear en la primera secuencia una sensación de misterio envolvente, que queda resonando mientras pasan los títulos. Ese misterio está dado, en forma muy inteligente, a partir de la presentación de la pareja protagonista: la Dra. Matheson (Sigourney Weaver) y su asistente el Dr. Tom Buckley (Cillian “Scarecrow” Murphy). Ambos viven de una cátedra que dictan en una universidad -de una ciudad que nunca se nombra en la película- pero además se encargan de imponerle razón a supuestos casos de milagros paranormales o situaciones parapsicológicas, haciendo un trabajo de campo. Es decir, la premisa de la historia es la vieja disputa entre razón y fe.

Ese misterio o suspenso inicial se incrementa levemente, con el correr del metraje, por la presencia de Simon Silver (Robert De Niro), una especie de médium famoso que ha anunciado su regreso después de un ostracismo de treinta años lo que genera una revolución en los medios y en las ciudades en las que se presenta. En el mientras tanto vemos como esta pareja de doctores tira del velo y descubre farsantes que lucran con el poder de la fe. Ambos tienen motivos personales para ir a la caza de estos personajes pero Tom cree que es momento de ir por el pez gordo: Silver. Claro está que en este juego de las estructuras dramáticas, Matheson es la que tiene que oficiar de antagonista, la que tiene que poner paños fríos y razón ante la embriaguez desenfrenada de su colega porque, cierto es, Silver esconde más de lo que expone, por lo tanto es peligroso.

En su anterior film, Enterrado, Cortés planteaba una historia sobre un hombre enterrado vivo con un tiempo límite para sobrevivir, ese minimalismo del que hacía gala era aparente porque manipulaba las reglas que él mismo había impuesto, por ejemplo al poner la cámara en una distancia focal que excedía el tamaño del ataúd, que oficiaba como único espacio físico de la historia. Sucede lo mismo con Luces rojas porque esa razón que persiguen la historia y los protagonista es alterada a partir de un efectismo embebido por un purismo de la narración genérica, evidenciado en recursos como la vuelta de tuerca en el último acto o en presuntas genialidades que se convierten en clichés bien berretas como el caso del lugar común que representa el falso sospechoso o mejor dicho “falso impostor”. Es como si se tratara de una fiesta sorpresa de cumpleaños con la premeditación de saber que el destinatario de tal fiesta no cumple años ese día. El gran problema de Luces rojas es que se muerde la cola porque evangeliza con la razón pero cree en la fe.



Dirección, Guión y Edición: Rodrigo Cortés
Fotografía: Xavi Giménez
Música: Víctor Reyes
Intérpretes: Cillian Murphy, Sigourney Weaver, Robert De Niro, Elizabeth Olsen y Toby Jones
Nacionalidad y Año: España, Canadá - 2012
Duración: 110' 

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