miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cine - Crítica

Gran cierre para la temporada de animación
por José Tripodero

Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras (Cloudy with a Chance of Meatballs 2) 

Dirección: Kris Pierson, Cody Cameron
Guión: Jonathan M. Goldstein, James Frances Daley, Erica Rivinoja
Montaje: Robert Fisher, Jr., Stan Webb
Música: Mark Mothersbaugh
Intérpretes: Bill Hader, Anna Faris, James Caan, Will Forte, Terry Crews 
Nacionalidad y año: EE.UU., 2013 Duración: 95'

En Monsters University y en Mi villano favorito 2 (dos de las segundas partes de la animación de este año), los personajes transitaban caminos diferentes al de sus primeras películas -es cierto que la primera funcionaba como una precuela de iniciación- pero bien funcionaba dentro de un dispositivo iconográfico: la universidad, que bien se oponía al escenario principal de Monsters, Inc. En Mi villano favorito 2, Cru tenía que calzarse el traje de padre y afrontar esa nueva experiencia.

De alguna manera, Lluvia de hamburguesas 2 también se ve urgida por crearle un escenario diferente a sus personajes. A pesar de que se desarrolla en la misma isla, el lugar ha cambiado de fisonomía, se ha convertido en una selva virgen habitada por criaturas –a priori- peligrosas; algo parecido a una metamorfosis animal-alimento, como consecuencia de los resultados de la máquina creada por Flint, el científico naife de la primera película, que debe ser destruida. El cambio de rumbo, perfectamente delineado como para atraer nuevos espectadores sin defraudar a los fanáticos, se halla también en las influencias de otros films aventuras, género en el que se circunscribe la historia. Hay elementos, citas y hasta planos que homenajean a la saga Jurassic Park, incluso está esa sorpresa idéntica de los personajes, que arribaban a la isla y se encontraban con las criaturas gigantes que la habitaban.  En definitiva, hay una alegre filiación nostálgica por el cine de aventuras, ese género que supieron revivir Steven Spielberg y George Lucas, en los tan lejos y tan cerca años 80’s.

Lluvia de hamburguesas 2 es, además de un carrusel de situaciones divertidas y aventureras, un perfecto engranaje humorístico. Eso, el humor. Una cualidad tan difícil de hallar, más aún en films que están destinados al público infantil, especialmente porque se cree que el “humor inteligente” sólo puede ser recepcionado por los adultos. Los momentos más logrados, (especialmente en los diálogos chispeantes y en el tándem que forman el padre de Flint -interpretado por el inclaudicable James Caan- y los pepinillos) hay que atribuírselos a Jonathan Goldstein y John Francis Dealy (el psicoanalista de la serie Bones), quienes también escribieron el guión de la casi ignorada El increíble Burt Wonderstone, una de las comedias más brillantes de este año.

Estaría demás explicar que hay chistes, gags y pasos de comedia que no son para niños pero generalmente ese humor que se cree “sano y familiar”, como categorías que justifican los lugares comunes y el estereotipo de los personajes, es el que puebla el cine de animación local contemporáneo: desde el anacronismo de Soledad y Larguirucho hasta proyectos fastuosos como Metegol. Precisamente, todo lo que la película de Campanella creyó ser, es Lluvia de hamburguesas 2; una película con sentido de la alegría por hacer humor, que no precisa forzar a sus personajes a ser monigotes para provocar risas, son sus propias situaciones encadenadas o devenires dramáticos  los que dibujan la sonrisa inmutable, desde el principio al fin. El humor no siempre necesita carcajada, ni tampoco un señalamiento forzado para la risa, sino la esencia y la atmósfera de una historia segura de sí misma por el valor de sus capitales. 

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