Clasicismo inoxidable
por José Tripodero
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Jason Hall
Fotografía: Tom Stern
Montaje: Joel Cox, Gary Roach
Intérpretes: Bradley Cooper, Sienna Miller, Jake McDorman, Cory Hardrict, Luke Grimes
Nacionalidad y año: EE.UU. - 2014 Duración: 132'
El cine de Hollywood todavía no le ha encontrado la
vuelta para las representaciones de la guerra de Irak y de Afganistán. Se
podría decir que el estado híbrido de esta lucha armada contribuye a la falta
de perspectiva histórica, necesaria para entender un conflicto y para poder
desarrollar historias. En los 70, la industria contaba con grandes nombres para
llevar a cabo las primeras experiencias de Vietnam al cine, lo que se extendió
a la siguiente década, así ofreció algunas obras maestras como Apocalypse
Now y Pecados de Guerra (Casualties of War). Tan solo Katherine
Bigelow con Vivir al Límite (The Hurt Locker) logró sortear el fracaso
de las producciones demasiado urgentes de una guerra actual, y era hasta el
momento la excepción a la regla maldita de desastres tanto en taquilla como en
lo artístico sobre Irak. Más allá de estos antecedentes negativos, Clint
Eastwood nunca sintió siquiera una mínima presión, a lo largo de su extensa
carrera, para desarrollar temas o problemáticas -por más duras que estas
fuesen- como si estuviera ajeno a los momentos del cine porque su capacidad
para narrar es más sólida que cualquier crisis que pueda presentar la industria
de Hollywood.
Siempre bajo el signo del clasicismo, no importa si es un
thriller sobre la desesperación de una madre por reencontrar a su hijo o si es
una biopic de J. Edgar Hoover, el viejo Clint mantiene vivo el fuego de la
narración como bandera que se clava en cualquiera de las dimensiones de sus
películas. Inmediatamente después de la luminosa Jersey Boys, la
historia de Chris Kyle (denominado el francotirador más letal de la historia militar
de EE.UU.) se ubica perfecta en la repisa de inquietudes del octogenario
director. Lejos de ser una biopic de cuatro paredes, el relato comienza con la
primera participación en el campo de batalla para Chris -a quién se lo nombrará
en la película más como “Legend” que por su nombre de pila- y su bautismo de
fuego al tener que decidir si elimina a una madre y su hijo que cargan un
mortero destinado a ser arrojado contra un tanque. Desde allí, Eastwood
retrocede en el tiempo y enarbola con un poder de síntesis envidiable para
muchos directores la niñez y los años previos al alistamiento de este francotirador
con los SEAL, para volver nuevamente al
punto de inicio y avanzar en los cuatro tours del protagonista, a lo largo de
varios años. Bradley Cooper también parece entender de síntesis porque aplica
la misma táctica de su director, en completa sintonía al componer este duro
personaje. El correlato de la obsesión de Chris por atrapar a su némesis, un
colega enemigo que está acabando con sus compañeros, se cuela hasta revestir mayor
importancia para la historia en contra posición con el sub trama de enajenación
y tensión generada con su mujer, quién
no puede convencer a su esposo de “regresar” al hogar y ser el mismo de antes
de la guerra.
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