viernes, 13 de diciembre de 2013

Balance

El cine del 2013
por José Tripodero

El 2013 fue notoriamente mejor que el año anterior, en cuanto a estrenos  en general (comerciales, circuito off, festivales e incluso streaming) sin embargo eso no lo hace necesariamente un año equilibrado. Gran parte de los mejores estrenos tuvieron lugar en el primer trimestre del año. A excepción de Leones, Titanes del Pacífico y El arte de la guerra, los demás films elegidos pertenecen a los primeros tres meses de la temporada. El cine de Hollywood puso casi toda su carne en el asador de las secuelas y realizó una apuesta, menor, por las comedias. El mencionado film de Guillermo del Toro, Titanes del Pacífico, no tuvo la acogida esperada en EE.UU., aunque sí en otras partes del mundo, aquí en Argentina también pasó inadvertida. En cuanto al cine Argentino, los títulos nuevamente fluctuaron entre bueno y mediocre, algunos documentales (La chica del sur, El gran simulador y Desierto verde) y otras obras más arriesgadas de ficción (Mujer lobo que sólo se vio en el BAFICI y en el Buenos Aires Rojo Sangre o Leones) lograron mantener a flote un estándar de calidad. Otras películas más esperadas como Tesis sobre un homicidio y Metegol decepcionaron, a pesar del buen resultado en taquilla. 

The Master de Paul Thomas Anderson, sin dudas la mejor película de este año.
Si bien este año se logró aminonar la avanzada feroz del 3D, los títulos provenientes de Europa y de Asia tuvieron más inconvenientes para ver la luz de la cartelera. Los festivales y la posibilidad de encontrar los títulos marginados por las distribuidoras, oxigenaron a los cinefilos. Este año, también, demostró que cualquiera puede sufrir la barrera baja del estreno en salas comerciales, les pasó a las comedias menos convencionales. Léase las no románticas y en las que no estaba Robert De Niro, no se estrenó ni The World's End ni tampoco El increíble Burt Wonderstone, protagonizada por Steve Carrell y Jim Carrey. El 2014 marca la tendencia de explorar uno mismo para saciar el ocio, la cinefilia o las simples ganas de ver una película, la cartelera expone este cambio en el que el espectador, en no mucho tiempo, decidirá qué ver sin la necesidad de una programación confeccionada por un tercero. Por lo pronto Internet ofrece diferentes canales de búsqueda. El factor nostálgico que todavía nos hace concurrir a una sala de cine o también la posibilidad de experimentar un film en una sala oscura, con una pantalla gigante y un sonido envolvente, mantienen vivo al Cine como lenguaje y como espacio de reunión. 


Aquí sin más preámbulos les dejo mi balance del 2013, representado en listas. Los invito, si se animan, a dejar las suyas. 

Nota: Pueden darle click a los títulos para acceder a las críticas realizadas durante el año.

Mejores (estrenadas comercialmente)

1 – The Master (Idem. Paul Thomas Anderson). La última película de Paul Thomas Anderson es lo más kubrickiano que haya hecho un director sin ser Stanley Kubrick. La mirada del hombre contra el mundo o contra un sistema, que era una recurrencia en su cine, aquí es trabajada en un contexto de supuesta armonía (como se lo creyó al “estado de bienestar” de Eisenhower) luego del infierno de la Segunda Guerra Mundial. La locura, los sueños y la locura dentro de los sueños son los mecanismos de un film que tiene además un trabajo estratégico de una fotografía (puesta de cámara, puesta lumínica y de soporte) a contracorriente de los tiempos del 3D y otras nuevas tecnologías.


2 – La noche más oscura (Zero Dark Thirty, Kathryn Bigelow). Probablemente el mejor relato de una historia reciente, cuyo final es conocido por todos: la caza y el asesinato de Bin Laden. Bigelow reafirma, como si hiciera falta, que lo más importante es el “cómo” y no el “qué”. En su “como” está la figura de una mujer alienada que persigue al hombre más buscado cuando ya pasó de moda, cuando a nadie le importa. No puede haber un final tan amargo con un protagonista, aquí interpretado en un modo temerario por Jessica Chastain, que el que tiene La noche más oscura.



3 – Leones (Jazmín López). Cuánto se le criticó a Jazmín López por esta película, cuánto se dijo sobre las citas literarias a Borges, Cortázar y Pizarnik. La verdad es que su película, más que un ejercicio de estilo o de referencias, es una historia sobre el espacio-tiempo, sobre una visión uniforme de estas categorías. Hay un estilo visual envolvente, como consecuencia del steadycam y los largos planos secuencias pero también una precisión en el manejo de las referencias; una materialización cinematográfica de lo literario, específicamente de lo poético. Sorpresa grata del cine argentino.




4 – Jack Reacher: Bajo la mira (Idem. Christopher McQuarrie). Tom Cruise es, también, un artista del cuerpo. Su destreza para apalear a cuatro hombres, a la salida de un bar –escenario bien de pelea callejera- lo pone a la par de un bailarín clásico, en el sentido del manejo de movimientos corporales que también se pueden percibir en otros menos aparatosos y más comunes. Otro de los motivos de esta elección es porque aparece el villano del año: The Zec, interpretado por un Werner Herzog temible, tan sólo por su presencia en fondos oscuros y con una voz de ultratumba.




5 – Titanes del Pacífico (Pacific Rim, Guillermo del Toro). Todo lo que Michael Bay no pudo hacer en una saga de tres películas, Guillermo Del Toro lo logró en un plano: mostrar con claridad una pelea entre dos monstruos (uno de carne y hueso y otro de metal). La cinefilia y la capacidad técnica se unen en este film del subgénero japonés Kaiju. No sólo hay mérito en la creencia narrativa de estos monstruos sino también en la construcción de una historia movilizada por personajes secundarios bien fortalecidos (los casos de los científicos antagonistas: uno bien geek, el otro más convencional). La superproducción del año, casi ignorada en Estados Unidos.



6 – El arte de la guerra (The Grandmaster, Wong Kar Wai).  En este elogio del plano detalle, Wong Kar Wai trabaja las peleas de Kung Fú bajo la estrategia retórica de la sinécdoque, lo que podría convertirlas para los amantes del género en luchas tediosas, nada más alejado de la realidad. Las luchas son piezas precisas de baile, antes que de violencia o de poder sobre el contrario. Otro de los méritos es la belleza de los escenarios en los que se desarrollan las peleas, atravesadas por un marco histórico casi silente, como el amor entre los dos personajes principales.




7 – En otro país (In Another Country, Hong Sang-soo). ¡Por fin se estenó una de Hong Sang-Soo! Y no podía ser mejor la oportunidad que la de En otro país. Un cuento casi rohmeriano, una historia de tres variaciones sobre una misma protagonista (la excelente Isabelle Huppert) en el que se desarrollan diferentes anclajes sobre, también, diferentes variaciones pero emocionales, en las que no puede interponerse el lenguaje (otro de los motivos del film). La economía de lenguaje (cinematográfico) es la que realza el poder de la historia porque se ocultan los hilos. A pesar de ello, como en gran parte de la filmografía de Hong Sang-Soo, la mirada introspectiva hacia el cine siempre está presente. Uno de los placeres del año.


8 – Tabu (Idem. Miguel Gomes). Probablemente lo que más rescato de Tabu, ignorando su estructura melodramática de culebrón que está bien delineada, es el humor involuntario de sus personajes, una suerte de cualidad hipnótica, que además se traslada a los personajes. También es imposible no caer rendido ante la sorpresa musical anacrónica de “Baby I Love You” de Los Ramones.






9 – La chica del Sur (José Luis García). Un documental que tiene el poder transmisor de sensaciones más que el de testimonio. El director José Luis García, se enfoca más en su motivación que en la fortaleza –potable- de lo registrado. La mejor virtud de esta película está en la progresión y en la construcción del relato, consecuencia del enamoramiento casi fotogénico de una mujer, a la que quizás cualquier otro director la hubiese retratado simplemente por su pasado.





10 – Django sin cadenas (Django Unchained, Quentin Tarantino). Luego de Bastardos sin gloria comenzaba a pensar que lo mejor de Tarantino ya lo habíamos visto, que sus mejores cartas estaban expuestas en Jackie Brown. Si bien sigo pensando que ese explotation es lo mejor de QT, pienso que su visión por deconstruir los géneros, subvertir sus estructuras y poner el dedo en el ventilador de unas temáticas bien incómodas,  lo siguen ubicando en el pedestal de esto que todavía no podemos catalogar: ¿posmodernismo? ¿pos posmodernismo? La cuestión es que Tarantino sigue en la tarea de reinventar los géneros y la Historia del Cine a piacere.



Menciones especiales

11 – Guerra Mundial Z (World War Z, Marc Forster)
12 – Una segunda oportunidad (Enough Said, Nicole Holofcener)

Peores

1 – El mayordomo (The Butler, Lee Daniels)
2 – Amenaza roja (Red Dawn, Dan Bradley)
3 – Amour  (Idem. Michael Haneke)
4 – Metegol (Juan José Campanella)
5 – Contrarreloj (Stolen, Simon West)
6 – Duro de matar: otro día para morir (A Good Day to Die Hard, John Moore)

El mayordomo de Lee Daniels, uno de los desastres del 2013

Menciones especiales (Streaming – No estrenos)

1 – Like Someone in Love (Idem. Abbas Kiorastami)
2 - Drinking Buddies (Idem. Joe Swanberg)
3 – El incredible Burt Wonderstone (The Incredible Burt Wonderstone, Don Scardino)

Una de las injusticias del año: el no estreno de Drinking Buddies

Menciones especiales (BAFICI)

1 - Tanta agua (Ana Guevara, Leticia Jorge)
2 - The Town of Whales (Idem. Keiko Tsuruoka)
3 - Mujer Lobo (Tamae Garateguey)
4 – El gran simulador (Néstor Frenkel)

The Town of Whales -debut de Keiko Tsuruoka-  una de las sorpresas del BAFICI 2013 

  

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