Sobre el cine de Martin Scorsese (4)
por José Tripodero
El primer fracaso de Scorsese es
un musical romántico que salpica cierto dramatismo por la relación de los
personajes de Minelli, una cantante, y De Niro, un saxofonista. El día que
culmina la Segunda Guerra Mundial es el elegido para iniciar el relato que
vagabundea por los géneros y por los estilos, la hibridez que se siente
desubicada. Que la Segunda Guerra Mundial haya terminado da pie al comienzo de
una nueva esperanza, esta idea que parece lineal va a contramano de la trama
armada por el ignoto guionista Earl Mac Rauch.
Para sumarle más nafta a este incendio, la química entre Minelli y De
Niro es chocante en pantalla, sin embargo Scorsese mantiene cierto pulso
narrativo, para no hacer de una película
fallida una absoluta desastre.
Luego de New York, New York, Scorsese se refugia en el documental musical,
algo que no le era ajeno, ya que había colaborado en el montaje de Woodstock. El último vals no es un documental
más, es el registro del último concierto de la mítica agrupación The Band. La
megalomanía de Scorsese representada en el género documental, a partir de
entonces, sería un respiro entre sus films de ficción. Este film resulta,
también, la primera colaboración entre el director y Robbie Robertson,
responsable como productor musical en, por ejemplo, el último film de
realizador, El lobo de Wall Street.
Además de la propia banda, también se puede disfrutar de las participaciones
especiales de Neil Young, Bob Dylan, Eric Clapton, Joni Mitchell, entre otras
luminarias de la música.
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