domingo, 27 de marzo de 2011

El oficio de Crowe y algo de suspenso

Por amor vale todo
 
Sólo tres días (The Next Three Days) de Paul Haggis con Russell Crowe, Elizabeth Banks, Brian Dennehy y Lennie James.
Lo que le sucede a John Brennan (Crowe), profesor de literatura universitario, es la típica historia de la que surge la siguiente pregunta: "Y usted, ¿qué haría?". John, su mujer Lara (Banks) y su pequeño hijo viven una vida normal hasta que una mañana la policía detiene a mami por el homicidio de su jefa. Nos salteamos dos años de procesos judiciales, apelaciones y demás vericuetos hasta llegar a la última instancia potable. La justicia le da la espalda a John, todas las pruebas inducen a la culpabilidad de su esposa, sólo queda acudir a lo inverosímil.
Paul Haggis, se aleja de las ambiciones corales (Vida cruzadas), de las moralinas bélicas contemporáneas (La conspiración) y se pone al mando de un thriller hitchcockiano, al menos en las pretensiones, que construye en su personaje principal un arco poco creíble, a su favor juega la cantidad de errores que comete al contactarse con el bajo mundo de Pittsburg. Aunque su decisión de localizar a un ex - convicto especialista en escapar de prisiones (un casi cameo de Liam Nelson) haya sido la mejor decisión, es en ese momento en el que comienza a pergeñar todo un plan detallado para sacar a Lara de una cadena perpetua inevitable. La búsqueda de pasaportes falsos, datos y hasta la creación de una llave genérica para abrir cualquier puerta, gracias a la Internet, lo conducen hacia una curso de malas decisiones producto de la desesperación.
En tiempos cinematográficos, el crecimiento del plan de John carece de verosímil, con la colaboración de ciertas situaciones clásicas del suspenso mal ejecutadas: la incursión a la casa del dealer es de lo más disparatado que se haya visto en el género en los últimos años. Crowe deja de ser John y se calza el traje de sus mejores personajes de acción: disparando, tirándose al piso y manejando a toda velocidad como un experto. Si bien la secuencia funciona como estructura narrativa no lo hace dentro de una credibilidad de perfil psicológico del personaje.
El último arco dramático de esta remake de un film francés llamado Pour elle (2008), es el más vertiginoso: las persecuciones en subte, a pie y en auto promueven un ritmo incesante, que hasta ese entonces la historia no había demostrado. Curiosamente, el digno adversario (en inteligencia) de nuestro súper profesor de literatura aparece en estos cuarenta minutos finales, un detective (el sobrio e ignoto Lennie James) que devela el detallado plan de John y lo persigue como perro de presa.
Crowe, con oficio y sutileza, le da vida a un personaje desesperado por el amor a su mujer, que no sólo lucha contra la situación extraordinaria sino también contra su propia madre (quien cree de la culpabilidad de su nuera) y principalmente contra su propia esposa, encargada de aceptar su culpabilidad y de darse por vencida una y otra vez, incluso en el momento del escape. Esta confesión, que podría quedar en suspenso es dramáticamente explotable, aunque sólo se queda en el bruto y en la intención. Haggis, como soldado de Hollywood, se encarga de limpiar dudas y darle un cierre ameno a una historia dónde el amor es más fuerte que cualquier verosímil.

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