La TV invadida
Como The Walking Dead (2010), esta nueva serie es un devenir televisivo de una temática recurrente en el cine: la invasión de seres extraterrestres, a diferencia del género zombi, los ataques alienígenas a nuestro planeta han tenido, en estos últimos dos años un reflote con Distrito 9 (2009), Skyline Batalla: Los Ángeles (2011), por mencionar algunos. Estos tres films bien distintos encaraban desde perspectivas disímiles el contacto entre humanos y alienígenas, la primera mostraba - y denunciaba - a los invasores diezmados y obligados a vivir como homeless en un sector marginal alejados de los hombres, si se aclara que la historia se desarrollaba en Sudáfrica el tinte político emerge por sí sólo. En Skyline, la fragmentación operaba como punto fuerte de un relato contado desde la subjetiva de un grupo de hombres comunes en una situación extraordinaria, mientras que el tercer film Batalla: Los Ángeles jugaba todos sus boletos al éxito seguro (que no fue) de la superproducción y a la guerra manifiesta entre ambas especies.
Falling Skies comienza sin la parafernalia de la llegada del mal, sino que nos sitúa seis meses después de un casi exterminio de la raza humana por la invasión de seres extraterrestres pero con un grupo pequeño de humanos buscando conformar un conglomerado de lucha: la siempre y bien ponderada resistencia. Primer lugar común pero, a favor de los amantes de estas historias, se lo puede considerar como inevitable, pensar sino en V invasión extraterrestre (1984). A contramano de ese clásico de culto de la TV ochentosa, Falling Skies (que produce Spielberg) se toma todo demasiado en serio sin un gramo de humor o de parodia. La tonalidad elegida no sería un problema si la historia, al menos en la primera temporada, no estuviera plagada de clichés sin muchas variaciones. El protagonista y padre bueno que se convierte en un combatiente de la resistencia, la chica ruda experta en armas, el líder militar de los civiles que piensa que "el fin justifica los medios", el anarquista pandillero que se convierte finalmente en aliado de los "buenos", el viejo inventor que tiene la pista intelectual para acabar con los monstruos, el apenas adolescente con ansias belicosas y la joven doctora (Moon Bloodgood) con corazón de oro - confidente del protagonista -.
En el primer tríptico de capítulos el avance narrativo es cansino entre tanta palabra, diálogo y explicación, cada pequeña escena de batalla – por más inverosímil que parezca – es un oasis dentro de la estructura dramática. El estiramiento de una macro historia que funciona mejor en el cine es un callejón sin salida con el que debe chocar todo proyecto televisivo de ciencia ficción o con ribetes fantásticos, algunos de los capítulos hacia la mitad de la temporada (especialmente el cuatro y el cinco) son claramente una suspensión de todas las líneas desatadas de la trama que se mantiene hasta el final del capítulo en el que un pequeño grupo de la resistencia se encuentra con un grupo de rebeldes a lo Mad Max II (1979). A partir de allí, la serie se toma un capítulo y medio para reacomodar todas sus cartas y pensar sus próximos movimientos, ese enfriamiento narrativo se detiene cuando se descubre el verdadero objetivo de los invasores: tomar como esclavos a los adolescentes y controlarlos a través de un arnés. Es en ese momento cuando Tom (Noah Wyle), el profesor de historia se calza el traje que le dieron en el comienzo - y que parece haberse rehusado a ponerse – y es el de protagonista y líder de la resistencia. Uno de sus tres hijos, Ben, es esclavo de los skitters (una especie de soldados rasos alienígenos bien viscosos) y por ello inicia una cruzada cuasi suicida para salvarlo a él, al igual que a los otros jóvenes prisioneros. No obstante el rescate no será más que una alegría efímera para Tom y los suyos, porque detrás del arnés se esconde lo verdaderamente siniestro de toda la historia y a la vez lo más logrado argumentalmente.
El regimiento segundo de Massachussets - nombre oficial de este pequeño grupo – es sólo un ejemplo de las múltiples citas, comparaciones y referencias históricas con la guerra civil estadounidense, sin embargo todo lo relacionado con la guerra actual contra estos seres en Falling Skies está en off. Hacia el final de la temporada surge la figura del capitán Weaver -el líder nominal interpretado por el efectivo Will Panton- por una disputa con Tom -el líder humano- y lo que genera en primer término es una sensación de confort a los habitúes de dramas televisivos. Porque si no hay protagonistas y antagonistas declarados ferviente y contundentemente la historia no prospera en un sentido dramático, las fuerzas en pugna son los motores de los dramas en la TV. Falling Skies, al igual que la mencionada The Walking Dead, deja entrever lo mejor para el futuro, el cual no sólo se limita a la diégesis narrativa sino a un género, el sci fi, que escasea cualitativamente ya en cualquier lenguaje.
FALLING SKIES
Creada por Robert Rodat, producida por Steven Spielberg con Noah Wyle, Moon Bloodgood, Drew Roy y Will Panton. Maratón de la primera temporada completa por TNT el 10/9 y el 11/9 desde las 09:30 hs.
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