lunes, 5 de marzo de 2012

Cine crítica

Ascenso - descenso = consenso 


El artista (The Artist)

Así como el año pasado El discurso del rey se transformó en la película del consenso, lo mismo sucede en el 2012 con El artista, que cumple con varios de los requisitos para dejar satisfecha a las masas y a gran parte de la industria de Hollywood, homenajeada en esta cinta que entrama la nostalgia del cine mudo con una posición sobre el avance de la técnica. El tránsito de films silentes a sonoros generó una dicotomía entre los que creían que el “cine se iba a morir” (primera crisis del lenguaje) y los que veían a las imágenes montadas con sonido como el futuro. Al personaje de George Valentin (Jean Dujardin) le va de maravillas: llena salas, las mujeres mueren por él y tiene una casa soñada, claramente no necesita un cambio de rumbo pero la frase “todo lo que sube tiene que bajar” le da una cachetada y lo pone nariz contra el suelo cuando su productor y director elije al sonido –el futuro- por él –el pasado-. Al mismo tiempo, una figurante llamada Peppy Miller (Bérénice Bejo) se convierte en la estrella de la nueva etapa del cine, su buen corazón no olvida a George, con quien compartió apenas una escena cuando él todavía hacia películas. La caída libre de una figura importante por culpa de la avanzada de la técnica es el motor de un relato irritantemente prolijo por su obsesión de reconstruir y homenajear en cada plano al Hollywood de la década del 30. La dirección de Hazanavicius falla porque no hay diferencias de registro entre las películas que se ven en el cine y en la realidad de los personajes, todo parece estar dentro de un mismo rectángulo que a su vez está dentro de otro pero que no crítica, no cuestiona ni reflexiona, sólo presenta al cine dentro de un cine. Esa prolijidad mencionada tiene sus virtudes como carácter constructivo de una era pero sus falencias están en la recreación de una perfección incongruente y que se subraya en la mimesis que el cine hace de la vida -según el director- porque los gestos, las acciones y las miradas tienen una misma dirección, tanto en el cine como en la cotidianeidad. La vida es menos amarga porque existe el cine pero no por eso deja de ser amarga del todo. En ese devenir de la tragedia para un actor: el ascenso y caída, se predefine el arco final cuando todo lo construido derrapa por la senda del ejercicio de estilo, esa articulación tan criticada muchas veces cuando hay carencia de sustancia y de espíritu genuino para imponerse con lo propio por sobre lo ya establecido, más cuando la idea final parece ser que no hay otro remedio que someterse a lo nuevo o algo aún peor a lo que la mayoría prefiere.

Guión y Dirección: Michel Hazanavicius 
Fotografía: Guillaume Schiffman
Edición: Anne Sophie Bion, Michel Hazanavicius
Música: Ludovic Bource 
Intérpretes: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, James Cromwell y John Goodman
Nacionalidad y año: Francia, Bélgica - 2011 
Duración: 100 minutos


Trailer

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