Anacronismo en San Luis
Soledad y Larguirucho de Néstor Montalbano y Manuel García Ferré.
En el año 2012 si un personaje infantil animado, luego de
despertarse en una mañana, arranca con un diálogo: “amanece… que no es poco”,
poca es la expectativa que puede quedar para lo que viene. Tras una
presentación digna, el film de García Ferré destruye todo anhelo y buena
voluntad receptiva con el diálogo mencionado. En primer lugar porque en esa
frase inocente se destila por un lado la falta de actualización en cuanto a los
gustos e inquietudes infantiles y esto no significa ofrecer escenas en 3D o
parafernalia al estilo Hollywood sino dejar de tratar a los niños como estúpidos,
una frase como esa que pronuncia Larguirucho no genera nada en los más chicos:
es lisa y llanamente un dicho de abuelas. Por otro lado está esa idea que todo
aquello que fascinó a alguna generación en el pasado puede usarse una y otra
vez como si fuera una fórmula no perecedera.
La complementación de personajes animados con actores o
personajes de carne y hueso nunca dio grandes resultados, salvo honrosas
excepciones como ¿Quién engaño a Roger
Rabbit? Aquí la trama gira en torno a Soledad (la cantante ¿folklórica?) quien
realiza una gira por San Luís y es “perseguida” por una envidiosa Cachavacha (obsesionda con la voz de "La Sole") y por todo el séquito de Neurus y cía. Sobre esta simple anécdota el film reposa todo su
potencial narrativo para dar lugar a los números musicales y a las disparatadas
citas, la más patética de todas es a Kill
Bill, incluso con una música que parece realizada en un organito infantil. Todas
las “maldades” de Cachavacha pierden gracia por culpa de los gestos de “La Sole”,
quien pone muecas de ternura. No hay un problema en la falta de malicia pero lo que se pierde, con esa represión de la dualidad clásica de
protagonista y antagonista, es una tensión posible, que aparece en
cualquier film infantil sin importar el rango al que esté dirigido.
El colmo de los colmos está en el sometimiento del feudo de
San Luís (que financia la película) a García Ferré y a todos sus personajes, al ponerle en la boca diálogos
que resaltan las grandes obras realizadas por los hermanos Rodríguez Saa o con
datos totalmente intrascendentes, que además pretenden ser instructivos de
manual escolar. Otro de los cae en la volteada es Carlitos Balá cuando aparece
en un segmento publicitario de una casa de electrodomesticos… ¡dentro de la
propia película!, algo inaúdito y sin precedentes. Todo el film carece de buen gusto, timing y ni hablar siquiera de tratar de entender al niño que crece en estos tiempos, ¿a quién se le puede ocurrir hacer el truquito de que un personaje pregunte algo y ponga el micrófono hacia el público del cine y esperar unos segundos para qué contesten? Este anacronismo incluso pierde hasta la discusión de si es
bien intencionada o no, porque está más que claro que no lo es. Detrás de su máscara de
ternura y “divertimento para toda la familia” (frase incomprensible) emerge un
próposito vil propagandistico por parte del Gobierno de San Luís.
Dirección: Néstor Montalbano y Manuel García Ferré
Guión: Manuel García Ferré
Fotografía: Sebastián Pereyra Jofré
Edición: Luís Busso
Música: Pablo Borghi Edición: Luís Busso
Intérpretes: Soledad Pastorutti, con las voces de Pelusa Suero.
Nacionalidad y año: Argentina - 2012
Duración: 82 minutos
Trailer
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