Sobre el cine de Martin Scorsese (10)
por José Tripodero
La vida del decimocuarto Dalai
Lama sería la excusa para que Scorsese volviera a adentrarse en una empresa contra
viento y marea de la industria. Presupuesto fastuoso, todo un elenco de
orientales y un tema escabroso, para colmo poco interesante para occidente,
como lo es contar la vida del Dalai Lama actual, antes, durante y después de su
escape a India antes de ser atrapado por China. Si bien la escena artística
occidental se ha “ocupado” del Tibet, siempre lo ha hecho desde la comodidad de
los festivales musicales californianos o desde conferencias en Nueva York. Scorsese intenta relatar un hecho histórico y
elucubrar, como correlato, y darle forma a nuevas obsesiones en el orden de lo
religioso y político. Ni hace falta decir que fue uno de los grandes fracasos
de la carrera del director.
Vidas al límite (Bringing Out the Dead, 1999) Nicolas Cage, Patricia Arquette, John
Goodman, Ving Rhames y Tom Sizemore.
Noche en Nueva York a comienzos
de los noventa, así, con ese dato comienza la vuelta de Scorsese a su
ecosistema natural y para ello retomó su relación con Paul Schrader. Vidas al límite es una suerte de parodia
de Taxi Driver cargada de simbolismos
religiosos, los que motorizan el desequilibrio del paramédico protagonista,
interpretado por un zombificado
Nicolas Cage. Con un 90% de escenas nocturnas, Scorsese también retorna a su
hora preferida del día para narrar conflictos más cercanos a su filiación
cinéfila y a su propio repertorio pero en un tono diferente.
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