sábado, 5 de abril de 2014

BAFICI 2014 - Día 4

La fille de 14 juillet (Francia, 2013) de Antonin Peretjako. Vanguardia y Género

Cruce de estilos cómicos nutren a este fresco absurdo francés, empapado de actualidad política que contornea la clásica historia de chico-conoce-chica (aquí por duplicado). Un 14 de julio es la  fecha que funciona como puntapié inicial y hermosa excusa. La fecha celebratoria, lo es también para enaltecer las formas de un cine nunca acabado, que acusa recibo de su propia historia cinematográfica pero también toca la puerta de otras latitudes estilísticas que inflan un disparate imposible de no ser recibido con la cabeza abierta para el humor más desenfrenado. La historia, además de bucear por la road movie, tiene un verosímil de hierro pero permite que se escabullan gags como el de la cucaracha gigante y la pistola de cloroformo, el humor alla Tati y el primer Godard. Así es La fille de 14 juillet, un menjunje irresistible que a pesar de las identificaciones diversas se dispara por un camino seguro pero inesperado, en especial por unos primeros minutos que amenazan contarnos un viejo cuento, ya visto y hasta ya digerido varias veces, pero no. Su director se ríe con nosotros y mira desde un justo pedestal para lanzar sus flechas críticas a un estado de la cuestión política, social y hasta tradicional de la clase burguesa de La France. Grata sorpresa, como todas las que no se ven venir ni por asomo, incluso tratándose de un film programado en un festival como el BAFICI.


Naomi Campbel – No es fácil convertirse en otra persona (Chile, 2013) de Nicolás Videla y Camila Donoso. Competencia Internacional

Drama personal, casi un unipersonal cotidiano que cruza de una vereda a otra; de la ficción al documental. La vida de Yermen, transexual tarotista del conurbano de Santiago de Chile (escondido por aquellos que apuntan al país transandino como pretensión del deber ser latinoamericano en materia de economía y política) transcurre entre un trabajo no muy apreciado por ella misma y por la ambición de un cambio de sexo, en un país en el que “nada es gratis”, como le dice el doctor al que ella consulta por la mencionada operación. La única salida parece ser la lotería de estos tiempos: un reality show de cirugías. Yermen no quiere operarse para ser mujer sino para “darse un regalo” y “reiventarse”, salir del agujero en el que todos conocen su historia, sin conocerla verdaderamente. Más allá de la atractiva historia, de un personaje que se interpreta a sí mismo y que esboza ideas orales interesantes, la dupla Videla – Donoso se pierde en una nebulosa narrativa bien espesa, de largos tiempos muertos y de redundancias. El subtítulo, más confuso que el propio título, no hace más que arremolinar aún más un relato rizado y un ritmo interno aletargado, a pesar de sus cortos ochenta minutos de duración.

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