miércoles, 9 de abril de 2014

BAFICI 2014 - Día 8

Wrong Cops (EE.UU.-Rusia-Francia, 2014) de Quentin Dupiex. Vanguardia y Género

No hay dudas, Wrong Cops es de las peores películas alguna vez exhibidas en el BAFICI, probablemente encabece el top tres de las más fallidas. Sabido es, que hacer humor es tan o más complicado que hacer drama, y más aún lo es el humor absurdo. Cuatro de los peores canas se mueven por carriles diferentes, en una estructura que se asemeja más a una sit com o a un episodio que podría ser de una serie al estilo The Office pero con policías. El primero de ellos trafica marihuana que introduce en ratas muertas, el segundo trabaja como oficial de escritorio y es cliente del primero con el que tiene una deuda, los otros dos son una pareja que patrulla las calles (ella una suerte de Amy Poehler con menos gracia y él un obsesionado por los pechos femeninos). Todos estarán conectados a partir de dos acontecimientos puntuales: el traficante lleva por doquier a un vecino que baleó por error (el cual deambula moribundo por toda la película) y por una bolsa de dinero encontrada azarosamente por el oficial de escritorio. El contexto apócrifo también se suma al absurdo de este grupo de guardianes de la ley al servicio de los intereses individuales, sin el más mínimo aprecio por el otro. Esto, que podría ser una ventaja a la hora de construirle un sentido al absurdo, se desvanece por una repetición de gags y situaciones totalmente forzadas (por ejemplo por todas las apariciones del policía con el único objetivo de ver tetas). Más allá de las apariciones estelares de Eric Roberts, Ray Wise y Marilyn Manson (a cara lavada) la segunda película de Dupiex parece más un work in progress de una serie televisiva que una comedia de policías disfuncionales.



Mientras estoy cantando (Argentina, 2014) de Julián Montero Ciancio. Competencia Argentina

No hay dudas que este mediometraje es simpático y alegre, con algo de magnetismo que imanta el único personaje, protagonista absoluto, que es Juan María Pampín, un peluquero del barrio de Caballito, quien se autodefine como un artista cuyo material de trabajo es el cabello. Entrador nato, soñador, contador de chistes y -ante todo-genuino, Juan tiene como berretín cantar y grabar –en la parte trasera del local- sus propias versiones de temas clásicos, los que van desde “Across the Universe” de Los Beatles hasta algún tango pasando también por “Thriller” de Michael Jackson, entre otras gemas musicales. El objetivo de este verdadero personaje (y también de la película) es su bautismo de fuego, en una peña tanguera. Estrategias como llegar un poco más tarde al lugar para cantar al final o el armado de las pistas, contribuyen para amasar la llegada de ese momento culmine. Probablemente el final presuroso, aplaste un poco la ambición de este retrato, que no por pequeño (en metraje y en historia) debe ser considerado menor.   

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