Misión: imposible - Protocolo fantasma (Mision: Impossible - Ghost Protocol)
Cualquier saga que alcanza la cuarta parte sufre un desgate y una falta de ideas interesantes, especialmente por la necesidad (sobre todo en el cine de acción) de mantener cierta fidelidad con la historia y con los personajes principales. En la secuencia inicial ya se esboza cierta parquedad en los movimientos de los personajes. Un agente escapa de sus perseguidores pero es asesinado de varios balazos por una dama misteriosa, justo cuando parecía que el peligro había pasado. Así de sintético es el inicio de MI: Protocolo fantasma, a continuación una secuencia casi robótica en una cárcel rusa donde Ethan Hunt (quien otro, que Tom Cruise) debe escapar. Ni siquiera la inclusión de un clásico de Dean Martin, como música dieguética, alcanza para hacer del agente y sus punchiballs de turno una coreografía digna de la saga. Lo que viene después es la habitual deformación del leiv motiv de Lalo Schifrin, ya ni siquiera eso importa porque la densidad emocional está a un nivel subterráneo.
Esta empresa liderada por el director Brad Bird, en su primera incursión en el cine con actores de carne y hueso, busca llegar a la siguiente escena de acción sin demasiado suspenso, tan sólo con el justo y necesario, como si la historia no tuviera un bolso dramático muy amplio para cargar un guión elaborado con intriga y dramatismo. Lo mismo le sucede a la pequeña comitiva de Hunt, que luego de ser acusados de volar el Kremlin, son expatriados porque la agencia IMF ha dejado de existir, por lo tanto para atrapar a un villano sueco (el más insulso de la saga) responsable de toda esta discordia en la sede del gobierno ruso deben cargar con poco hasta la nueva sede de este carrusel por el mundo.
La tercera escena hiperbólica de acción tiene como escenario Dubai, hasta allí se trasladan para dar con un emisario del villano, Hunt/Cruise realiza sus mejores piruetas escalando desde afuera al edificio más alto del mundo, claro está porque no hay otra alternativa. Dentro de una las habitaciones se da una de las peleas cuerpo a cuerpo entre dos mujeres más espectaculares desde Kill Bill, aquí protagonizada por la agente Carter (Paula Patton) y la damisela - asesina a sueldo del principio del film interpretado por la menudita Léa Seydoux. Lo mejor de todo el film viene gracias a una tormenta de arena y a una persecución intrépida dentro de ella, cargada de mucha adrenalina y por sobre todo con un gran pulso rítmico, algo que hace acordar a la primera de las misiones imposibles, hace ya 16 años atrás. Es justo decir que esta secuencia muestra por un lado la entereza física de Cruise y por otro lado la habilidad del debutante director para encausar una escena particularmente veloz y nutrida de variantes y giros interesantes. Tan sólo esta persecución interminable puede valer la molestia de las dos horas y pico de metraje en la butaca, lamentablemente este vuelo no persiste en el resto del film.
La honestidad es probablemente la mayor de las virtudes de esta película, porque no busca ser lo que no es, no compra insumos en el supermercado Bourne o Nolan donde hay góndolas con tentempiés muy atractivos. La iniciativa de la factoría Abrahms y Cruise (como productor histórico de la saga) es clásica, no hay cámaras superlentas o una vorágine inestable y eléctrica, no para nada, todo es honesto y puro aunque con más fallas que puntos en el blanco. No hay corrupción cinematográfica y eso es mucho decir para un Hollywood desesperado por la actualidad recesiva de la economía estadounidense.
Existe también cierta nostalgia narrativa por la primera Misión: Imposible, hay citas como sucede con la parte del hombre con el encendedor, en una clara alusión de aquél encuentro con Max, ese personaje elegantemente misterioso que compuso la gran Vanessa Redgrave. También hay, por ejemplo en la secuencia de Bombay, un intento leve de construir un entretejido secuencial que rememora a la fastuosa, enredada y armoniosa secuencia de la Embajada en Praga, que funcionaba como punto de partida para todas las conexiones de la historia, la gran conspiración que le ponían el mundo patas para arriba a Hunt. En las secuelas siguientes, salvo en la tercera y de manera muy forzada por un burdo secuestro de su esposa, en ningún momento Hunt tuvo el cuchillo sobre la garganta, como en la primera parte (y la mención no es sólo por aquel maravilloso final de acción del helicóptero dentro del túnel creado por Brian de Palma), cuando sus tíos eran inculpados por el gobierno de fraude como excusa para atraerlo. Es decir, al protagonista lo perseguía su propio gobierno, aquellos que le enseñaron todo lo que sabía. La secuela de John Woo exponía al héroe como un mercenario que debía atrapar a un ex-agente traidor del IMF (FMI en español, lecturas al margen) que se había hecho de un virus letal. Hubiera sido genial un final, después de un exceso de máscaras de latex, con Hunt quitándose una última máscara y el que apareciera fuese Chow Yun Fat, el actor fetiche de Woo. J.J. Abrahms llegó en la tercera parte para mostrar mucho despliegue visual, un flojo circuito narrativo y un protagonista algo cansino y autómata, con muy poca conexión con sus dos obras predecesoras.
Todo aquello que maravillaba de la primera versión de la famosa serie se fue disipando, paulatinamente le fue abriendo paso a la adrenalina más pura y superficial. Lo cual no quita que las tres secuelas de Misión: Imposible tengan ratos y pinceladas de entretenimiento. A pesar de las fuerzas y del empeño por el final-final de esta entrega, en el que nuestro héroe se pierde entre la niebla, la saga parece terminar en una agonía que marca el agotamiento de un producto, no por falta de pericia de productores o directores ocasionales sino por algo inevitable que se llama vida útil.
Dirección: Brad Bird
Guión: Josh Appelbaum y André Nemec sobre personajes de Bruce Geller
Fotografía: Robert Elswit
Edición: Paul Hirsch
Música: Michael Giacchino
Interpretes: Tom Cruise, Jeremy Renner, Paula Patton y Simon Pegg
Nacionalidad y año: EE.UU., EAU - 2011
Duración: 131 minutos
Trailer
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