Sobre el cine de Martin Scorsese (1)
por José Tripodero
En la opera prima de Scorsese está la semilla temática de su filmografía por venir. Muchos de esos temas y motivos pertenecen a su mundo personal, a un contexto que lo rodea desde siempre. Aparece la contracara de la religión, la cotidianeidad italoamericana y el concepto de dilema. Harvey Keitel está –premonitoriamente- en un modo Mean Streets mientras Scorsese, además de lo mencionado en el orden temático, se halla algo extasiado por la Nouvelle Vague. ¿Quién golpea a mi puerta? Es un ejercicio que exige una mirada de la filmografía de Scorsese en un orden descendente. Resulta como un panal en el que se encierran todas los intereses que se desperdigaron a lo largo de más de cuarenta años.
Unos años le tomó a Scorsese retornar a la dirección, luego de un paso por su otra ocupación (montajista). La depresión de los años 30, es un hito en la historia más moderna de los EE.UU. pero como, sucedería en toda su carrera (salvo El aviador) Scorsese no buscaría amoldarse a una realidad impostada e inalcanzable para el cine sino que todo lo contrario, jugaría con la ficción más ficcionalizada de un personaje, aquí el de Bertha Thompson quien se unió a un sindicalista en búsqueda de revancha contra los contratistas que la despidieron. Así como en su ópera prima vislumbramos los temas por desarrollarse en su cine, en este film aparece -levemente- los rasgos formales en el uso del travelling violento, en los zooms y en los cortes bruscos y dinámicos. Una especie de road movie no legitimada, una película de amores truncos, una lectura de la depresión pero no una película de Martin Scorsese.
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